“IGUAL QUE NO ME GUSTA usar el desodorante de otras personas, me repele usar el mismo stick para los dos sobacos”, afirmó ayer en rueda de prensa Blansh Dubuá Pérez, una vecina de Oviedo a la cual le da “cosa” pasarse por una axila la misma barra “que trae sudor y residuos del otro lado”.
“Con el roll-on me pasa lo mismo”, añadió.
La noticia salió a la luz pública después de que la señora Pérez le confesara esta costumbre a la cajera de un supermercado Udaco de la capital asturiana donde llevaba años comprando el Rexona de dos en dos, pero sin que nadie se imaginara que era para usar cada uno en una axila.
Esta cajera a su vez se lo relató a su marido con la condición de que no se lo dijera a nadie más, y éste dijo que tranquila, que a quién se lo iba a decir, pero le faltó tiempo para llamar al diario La Voz de Asturias y dejar un mensaje anónimo con todos los detalles “por si pensaban que tenía relevancia informativa”.
“Hay gente a la que no le gusta usar el cepillo de dientes ajeno o ni siquiera el peine de otra persona”, explicó Blansh Dubuá, la cual nada más comprar los desodorantes, los rotula con las palabras “izquierdo” y “derecho” para no confundirse.
A ella, al parecer, le da la misma aprensión aún tratándose de ella misma. ¿Considera su sobaco derecho (arriba, en la foto) como si fuera de una persona diferente al sobaco izquierdo? ¿Padece ella algún tipo de disociación de la personalidad? ¿O sencillamente siente asco de una parte de su propio cuerpo?
Asegura que no es nada de eso. “Aunque el sobaco de origen sea también mío, que lo es, no deja de ser un sobaco diferente al segundo sobaco”, se limitó a explicar.
Al insistir los periodistas sobre el hecho de que sus dos sobacos eran iguales, no sólo de la misma persona (ella) sino seguramente con las mismas bacterias (si las hubiere) siendo además imposible contagiarse uno mismo de nada, la señora Pérez dijo: “no me liéis más la cabeza”, se levantó y se fue, dando por finalizada la comparecencia.
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